El próximo eclipse total de sol en México sucederá el 30 de marzo de 2052.

Ojalá encontrar al candidato ideal para un puesto fuera tan predecible como las fases de un eclipse. Sin embargo, hay quienes se lanzan a la búsqueda de personal como si trataran de orientarse por las estrellas en una noche nublada. Avanzan a tientas en la oscuridad, esperando por arte de magia dar con esa persona ideal (Nota: el candidato “perfecto” es un mito).

Lanzan sus redes al vacío: OCC, Indeed, LinkedIn o decenas de sitios de empleo más, a la espera de que alguna estrella responda. Pero lo que encuentran no son estrellas, sino un agujero negro de candidatos que no dan el ancho.

Conforme crece la desesperación, se aferran a lo primero que encuentran, movidos por criterios poco claros y deslumbrados por luces de neón: Nombres de empresas de prestigio en un CV (o la falta de ellos)… La educación en universidades de elite… Títulos de cargos impresionantes… Expectativas salariales demasiado altas… Siguen buscando en la oscuridad hasta que, al fin, con un suspiro de alivio y con muchas esperanzas, hacen una selección y así contratan a alguien talentoso tiene una probabilidad de éxito del 50%.