¿Alguna vez te ha pasado que un prospecto te hace una pregunta sobre tu producto o servicio y, sin pensarlo, respondes con tanto detalle que podrías dar una clase magistral? Esa sensación de “estar como pez en el agua” explicando lo que vendes es natural. Al fin y al cabo, lo conoces mejor que nadie.
El problema es que cada minuto que pasas hablando de tu producto, es un minuto que no inviertes en descubrir lo más importante: el dolor de tu prospecto.
Y aquí viene la verdad incómoda: Si no hay dolor, no habrá venta.
¿Por qué hablar de tu producto demasiado pronto es un error?
Lo que deberías hacer en su lugar
En lugar de contestar cada pregunta como si fueras un catálogo andante, cambia la dinámica:
Cuando aprendes a no caer en la trampa de hablar de más, logras dos cosas:
En ventas, el verdadero profesional no es el que sabe más de su producto, sino el que sabe más de su prospecto.
Coach Alberto López Fundador de Líderes en Ventas