La economía mexicana registró en julio su primer retroceso en cuatro meses, con una contracción del 0.1% mensual, de acuerdo con el IOAE del INEGI. La baja en las manufacturas y los servicios encendió focos amarillos: ¿qué significa esto para los negocios y, en particular, para los equipos de ventas?
Cuando la economía se desacelera, los clientes empresariales se vuelven más cautelosos al gastar. Esto significa que los ciclos de venta se alargan y los prospectos piden más justificación para cada inversión. En otras palabras: no basta con ofrecer un buen producto, hay que demostrar valor tangible y retorno claro.
La industria cayó 1% frente a julio de 2024, mientras que los servicios apenas crecieron 0.8%. Esto afecta directamente a las cadenas de suministro, distribuidores y proveedores. Para los vendedores B2B, implica que los clientes buscarán optimizar costos, renegociar contratos y priorizar solo a quienes realmente entienden su negocio.
En un entorno con menos dinamismo económico, las ventas no desaparecen: simplemente se concentran en los jugadores mejor preparados. Algunas estrategias clave:
Aunque el panorama macroeconómico luce retador, también abre espacio para los vendedores que saben adaptarse rápido, escuchar más y vender con estrategia. En una economía más lenta, cada punto de crecimiento depende de la capacidad de los equipos comerciales de ser más inteligentes, disciplinados y empáticos con sus clientes.
Coach Alberto López Fundador de Líderes en Ventas